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Cuenta la leyenda que la noche del 6 de enero, 3 magos de lejanos reinos de oriente, guiados por una estrella, llegaron al portal de Belén para adorar el nacimiento del niño Jesús. Como muestra de su afecto le entregaron 3 regalos. Melchor le trajo oro, Gaspar le hizo entrega de un puñado de incienso y Baltasar le ofreció mirra.

 

Siguiendo la tradición a través de los siglos, los Reyes Magos cada año y todas las  noches del 6 de enero traen regalos a los niños que se han portado bien. Los niños escriben una carta con los regalos que desean, y si han sido buenos los reyes les traerán sus juguetes para que se diviertan los últimos días de la Navidad

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Sin embargo, existen niños que por muy bien que se porten no reciben regalos de los Reyes Magos y se despiertan la mañana del 7 de enero con sensación de tristeza por ser “olvidados”. Estos niños son los más desfavorecidos. Niños que viven en pobreza y que ven como los demás si disfrutan de los regalos de los reyes. 

 

Un grupo de amigas de Lellerín, Valencia, que colaboraban en un centro de acogida se dieron cuenta de que los niños que vivían allí tenían unas navidades muy diferentes, que estaban tristes y sin ilusión, ni tan siquiera escribían cartas a los Reyes Magos porque nunca recibían nada. Por lo que tuvieron la brillante idea de poner en marcha a todos sus amigos para que todos estos niños tuviesen el regalo de sus sueños. Para su sorpresa, al día siguiente de hacer la campaña más de 150 personas se habían sumado a la causa. Como los grandes cuentos parecía que este también tendría un final feliz pero, el cuento no termino ahí.

 

Se puso en marcha la plataforma Reyes Magos de Verdad, donde actualmente más de 5.000 niños y ancianos reciben sus regalos en centros de acogida, refugios sociales y residencias para mayores.

 

Para llevar a cabo esta causa tan noble todas las partes de la organización deben estar muy bien organizadas. Los coordinadores de los centros de acogida se encargan de recoger las cartas de los niños residentes escanearlas y codificarlas para que lleguen por correo a cada uno de los voluntarios. Cada voluntario recibe la carta de un niño, la lee y se encarga de encontrar ese regalo que tanto desea. Con dinero de su bolsillo y de forma desinteresada compra el regalo y lo envuelve con cariño. Lo que el voluntario se encuentra al leer la carta suelen ser las peticiones de los niños junto a justificaciones típicas como el “este año he sido bueno”, “me he portado genial en el centro” e incluso algún que otro “he aprobado todas” proveniente de los más mayores. Cartas llenas de ilusión con destino a los Reyes Magos, que los colabores de Reyes Magos de Verdad se encargan de hacer realidad. 

 

La organización hará llegar a todos el día de Reyes “el regalo que ellos querían, organizando en muchos casos una fiesta en la que los Reyes Magos y sus Mensajeros Reales entregan los paquetes”, nos cuenta Elvira Santiago, organizadora de la plataforma. En caso de que no pudieran asistir “sus majestades” en persona se haría llegar el regalo para ese día por correo. El simple hecho de ver un paquetito con su nombre ya les hace ver que no han sido olvidados”, nos cuenta, una de sus fundadoras.

 

“Para que todo salga perfecto la organización es muy importante. Las cartas se envían con antelación para que los voluntarios cuenten con el tiempo suficiente para hacer las compras” nos cuenta Elvira Santiago. Respetar los plazos es fundamental ya que “un retraso en la cadena puede hacer peligrar la ilusión de muchos niños y no queremos que ninguno se quede sin regalo”, afirma. 

Los Reyes Magos de Verdad; una gran causa

 

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